Carmen me recibe en su casa, es la madre de mis amigas Mari e Inés. La conozco hace más de 30 años pero tengo que reconocer que pocas veces hablamos y menos como hoy.

Carmen nació en Agolada (Pontevedra) en 1936, era la cuarta de cinco hermanos, estudió en la escuela de Eirexe, cerca de la iglesia, en la parroquia de Vilariño. Cuando acabó la escuela con 9 años, su maestro, Belisario García González,  entregándole el diploma le dijo a su hermana “Que pena que no le estudiaran a tu hermana porque tenía mucha memoria” pero no había posibles, me dice.

Se puso a trabajar en casa en las tareas del hogar y cuidando los animales, las vacas (Gallarda y Cachorra), los cerdos, ovejas, gallinas y el caballo, que tenía su padre, al que le faltaba una oreja y le llamaban Fanoco.

Con 7 años se fueron para Goiás, en Lalín, a la casa materna.

A los 15 años aprendió a coser y se hacía su ropa, incluso los sujetadores, pero su historia iba a cambiar al cumplir los 20 años ya que su hermana Concha, mayor que ella, que  se había ido con amigas de la parroquia a trabajar a Venezuela, la convenció para que se fuese también y  le mandó dinero para el pasaje; así que Carmen se embarcó en el buque portugués Santa María. Aquí dejaba un novio, que en breve se iría a cumplir el servicio militar, con la promesa de volver y casarse.

 “Qué pena que no le estudiaran a tu hermana porque tenía mucha memoria” le dijo el maestro a su hermana. .

Carmen Varela Villamarín

En Caracas empezó a trabajar en una casa de venezolanos ricos, Vilma y Rafael, cuyo cometido era “servicio de adentro”, es decir, plancha, hacer camas y limpiar. Estaba interna con el resto del servicio y tenía libre los domingos, que era cuando solía acudir al Centro gallego donde se reunía con su hermana y vecinos de Lalín. Su sueldo era de 200 bolívares cuando cada bolívar equivalía a 16 pesetas.

Conoció a Eliseo en el Centro gallego y la invitó a ir a la playa. Él era un hombre de 37 años, también gallego, de Forcarei, que tenía coche y le hacía buenos regalos. Su noviazgo apenas duró tres meses, ya que quisieron casarse enseguida. Carmen había cumplido los 22 años.

Le escribió a Manolo, su novio de Goiás, informándolo de su nueva situación. Él no tardó en contestar con una carta en la que usaba un tono entre enfadado y alegre ya que su amada se casaba con otro, que era venezolano, y él un simple paisano.

Decidieron esperar dos años antes de tener un hijo, que llegó en 1960, fue entonces cuando se dieron cuenta de que querían volver a Galicia y embarcaron en el buque Begoña en junio de 1961. El barco tuvo una avería que les obligó a esperar un mes en Curaçao. Carmen recuerda de ese viaje que un cura de Pamplona le pidió si le podía coser la sotana, ya que ella iba cosiendo durante el trayecto.

Se establecieron primero en Forcarei, luego alquilaron una casa en A Caeira. Más tarde decidieron comprar un coche y una finca en A Ruibal, cuyo propietario era Ricardo Prieto, para construir su propia casa.

 

Para ganarse la vida Eliseo adquirió un barco para sacar arena de la ría, mientras Carmen se dedicaba a las tareas del hogar.

Tuvieron otra hija y, cuando se casó la mayor, le dejaron su casa para establecerse en Pontevedra, en un piso que habían adquirido donde estaba antes la bolera. Allí vivieron siete años, pero tras sufrir el robo del coche decidieron vender el piso e instalarse  más cerca de sus hijas, en la urbanización A Graña donde estuvieron 13 años y, cuando su hija hizo una casa, regresaron a su antiguo hogar.

Desde que está sola camina mucho, va a la compra todos los días y el sábado al mercado en el recinto ferial.

Se apuntó a los viajes del Imserso y fue a Canarias dos veces, Benidorm, Málaga, Girona. Me cuenta que le encantó un viaje organizado que hizo a Roma  hace tres años con 25 personas de Pontevedra.

Le gusta mucho leer ahora está leyendo Feijoo de gestor a presidente de Sampedro Orellán.

En la tele ve Saber y ganar, me dice que en Venezuela había mejores programas culturales que aquí.  También escucha la radio por la mañana, Radio María, que le hace mucha compañía.

En cuanto a la alimentación procura no tomar sal y pocas grasas. Le encanta cocinar pota con patacas y caldo gallego, ya la emplazo a que me avise para grabarla.

De la juventud de hoy en día opina  que es muy distinta a la de antes “que sólo estaban para trabajar” ahora están más preparados, pero más consentidos.

Su sueño es vivir y tener salud.

Antes de irme revisamos fotos antiguas y me cuenta anécdotas de cada una de ellas.

Me marcho con la ilusión de haber conocido por fin a Carmen Varela, que antes era la madre de…

Retrato de Alex Vázquez-Palacios

1956 Carmen marcha a Venezuela

Ana Santos Solla

Ana Santos Solla

Profesora de Educación Física

Son Ana Santos, nacín en Pontevedra no ano 1960, a miña infancia estivo moi ligada a Santa María de Xeve, a terra da miña nai, son a terceira de 8 irmáns, a maior das mozas, a máis vella como me dicían de pequena. Sempre me gustou o deporte e estudei INEF en Madrid, estiven 34 anos no IES Valle Inclán impartindo Educación Física alí foi onde coñecín ao resto dos meus compañeiros que agora me acompañan neste proxecto. Decidín xubilarme para dar un novo rumbo á miña vida e levar a cabo este tipo de iniciativas como @devellabella ue pretende que o envellecemento activo convértase en embelecemento persoal e poder achegar a miña experiencia nesta etapa da vida.

Nós os maiores aínda temos moita guerra que dar, espero que este blogue motívevos a querer colaborar connosco.

Santiago Mariño

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