Manuel Hermida Rivas por Ana Santos – devellabella

A Manuel lo conocí en el Centro Cultural de Santa María de Xeve, todavía puedo verlo allí, rodeado de camelias, y es que se celebraba una exposición. Hermosa estampa que pervive en mi recuerdo ligada a él.

Nacido en Verducido en el 53, Manuel cuenta sus años por los que le quedan por vivir, por tanto no se fija en edades.  Hoy en día vive entre Pontevedra y Xeve. Es el segundo de cinco hermanos; con 19 se puso a trabajar de contable en la empresa de su padre, Hermida-Maquieira S.L, mientras hacía sus estudios de Empresariales.

En los años 80 entró a trabajar en la banca empezando de cajero y acabando, gracias a sus habilidades sociales, de comercial.

Conoció a su mujer, que es originaria de Arzúa, en la pandilla que frecuentaba, se casaron y tuvieron 2 hijos, que se llevan siete años; dice Manuel que decidieron esperar entre uno y otro para que les diese tiempo a disfrutar un poco.

En 2007 con 53 y llegando a un acuerdo con la empresa se jubiló pensando que iba a tener una vida más reposada, pero un militar amigo le dijo “Bienvenido a la vida activa” y hoy asegura que es una gran verdad. Precisamente de esa vida activa de Manuel tenemos que destacar la fotografía, una de sus pasiones, estrechamente ligada a la observación de la naturaleza, dice que no puede evitar dejarse atrapar por ella y nunca sale sin su cámara. Es capaz de esperar horas enteras a que aparezca un pajarillo determinado y si es un Martín pescador mejor. Su sueño es recorrer los grandes bosques del mundo, pero también disfruta visitando las “fervenzas” de Pontevedra, las ya descubiertas y las más escondidas. Además, un hombre como él, que muestra esa sensibilidad hacia lo que nos ofrece la naturaleza, dedica buena parte de su tiempo a cuidar su finca de Xeve donde tiene más de 80 variedades de camelias.