Miguel, nació en Vigo en septiembre de 1946, en la rúa de Santiago, a pocas decenas de metros del mítico olivo, símbolo de la ciudad. Estudió en una escuela pública viguesa hasta que a los 8 años, juntamente con su hermano, se trasladó a vivir a Pontevedra, en el Barrio del Burgo. Entró en el instituto, donde estuvo un año en la preparatoria con D. Luis. Las asignaturas que más le gustaban eran las ciencias naturales, la historia y la literatura. Al finalizar sus estudios de bachillerato se matriculó en la Universidad de Santiago, para cursar el primer año selectivo de la rama de ciencias y, al año siguiente, el primer curso de la rama de filosofía y letras. En esos dos cursos, se incorpora al naciente movimiento estudiantil de protesta contra el régimen político vigente y sus instituciones.

Como su hermano Jorge ya estaba en Madrid, el también se fue para allá a estudiar biología. Recuerda que fue un choque cultural y existencial apasionante. A partir de 1965 se involucra cada vez más fuertemente en el movimiento universitario, desde una perspectiva anarquista. Fue expedientado en varias ocasiones, llegando a anularle la matrícula. En 1968 ya no pudo seguir en la universidad. Acabará la carrera 10 años más tarde, una vez  muerto Franco, pero antes aún pasarían  más cosas.

En Madrid estuvo casi dos meses en la cárcel de Carabanchel con su hermano Jorge.  Le suspendieron la prórroga del servicio militar y lo mandaron a Coruña (cuartel de A Grela) pasando antes por Figueirido, desde septiembre del 68 a 1970.

Se vino definitivamente para Pontevedra y empezó a trabajar en la Academia Giner de los Ríos, hasta que con su hermano fundó una propia, la Germinal, luego se la cederían a los profesores que allí trabajaban.  También estuvo de director en la revista Vagalume, era en gallego y los textos e ilustraciones las hacían los niños, había mucha conexión con las escuelas y los maestros

No hay distinción entre tiempo libre y tiempo ocupado, pues todo es tiempo de vida”

Miguel Cuña Casasbellas

Conoció a Celia Gregorio, su mujer, en la terraza del Carabela. Fue un encuentro fortuito en el verano de 1972, aunque pronto comprobaron que tenían muchos amigos y conocidos en común.

Antes de culminar la carrera de Biología, trabajó en A Coruña como oficial preparador en el Instituto Español de Oceanografía. En esos años, su mujer, por sorpresa, recuperó su expediente académico de Madrid y lo matriculó en la Universidad de Santiago consiguiendo así que terminase la carrera de Biología por libre. 

Tuvo que volver a cursar la mayoría de las asignaturas que aunque las había aprobado no se las convalidaron por diferencias burocráticas.

Tras lograr el título de biólogo, solicitó en el mismo Instituto Español de Oceanografía, una beca de cooperación norteamericana- española, en el marco de un estudio de los sedimentos en las rías gallegas. Se la concedieron, duró un año.

Trabajando en la empresa Industrial Marisquera (Vilaxoán), montó y lideró como director técnico una industria pionera en el cultivo de la ostra durante tres años. Ante diversas dificultades de la empresa, se matriculó en las oposiciones a enseñanza media. Estudiaba a la par que trabajaba, incluso en el momento de examinarse.

Aprobó las oposiciones y su primer destino fue el Instituto de Formación Profesional del Meixueiro en Vigo, luego Tui donde fue director por años y finalmente Monteporreiro donde se jubilaría. Entre medias, durante ocho años,  estuvo de excedencia en servicios especiales en la Consellería de pesca, primero como subdirector general de Formación e Investigación pesquera, y después, para montar, iniciar la puesta en marcha y dirigir el  Instituto Galego de Formación en Acuicultura (IGAFA) en la Illa de Arousa.

Se jubiló anticipadamente como profesor con 61 años sobre todo como rechazo a la burocracia que las autoridades educativas impusieron a la labor docente, y no por su relación con sus compañeros del profesorado o con el alumnado que era muy buena.

De la juventud de hoy en día dice que a pesar de estar más formados académica, profesional y técnicamente que las generaciones precedentes, no afrontan la vida con la energía necesaria. Están desorientados y en precario. Bien formados para el trabajo, que no encuentran, pero no para una vida empobrecida, que si encuentran.

Una película que le gusto mucho RAM de Akira Kurosawa; le gusta mucho leer me habla de una recomendación que le hizo un amigo, también biólogo, de dos novelas del escritor peruano, Manuel Scorza, “Garabombo, el invisible” y “Redoble por Rancas”. Scorza murió en Madrid en un accidente de avión en 1983. De poesía relee a menudo a Luis Cernuda

Dedica 8 horas al día a la Fundación Cuña-Casasbellas, creada por su madre y él en 2005, un año después de la muerte de su hermano Jorge.  Para él no hay distinción entre tiempo libre y tiempo ocupado, pues todo es tiempo de vida. Desde muy joven participa activamente en actividades sindicales, primero en CNT y ahora en CGT. Le gusta pasear al aire libre con su mujer.

Si algo le diría al alcalde es que siguiera favoreciendo la ocupación y uso de los espacios públicos por los que tienen inquietudes culturales y facilite el acceso a esos espacios.

Le encanta viajar pero quizás el viaje que más disfrutó fue el que hizo cuando recuperó su pasaporte en 1976 y pudo visitar el extranjero por primera vez. Escogió Italia como primer destino al que se desplazó en coche acompañado por su mujer y  su cuñado Miguel. Fue un viaje de un mes inolvidable, como otro que hicieron poco después, ya sólo con su mujer, a Yugoslavia también en coche, llegando a Kosovo.

Un sueño sin cumplir haber sido un buen carpintero como su abuelo, intentó matricularse en Pontevedra en un módulo de FP de carpintería pero por falta de tiempo no pudo hacerlo.

Le encantan los espacios abiertos y si toma un café siempre lo hace en la terraza.

 Dejamos a Miguel rodeado de obras de arte que para él ya son familiares. Nos enseña con orgullo la biblioteca, que es accesible para todo el mundo que quiera conocerla, aunque no se realizan préstamos, pero sí consulta.

Está terminando un artículo para nuestro Blog en el que hablará del libro que se acaba de presentar en la fundación sobre Pontevedra.

Me quedo con su frase “No hay tiempo libre todo es tiempo de vida”. Gracias Miguel.

Ana Santos Solla

Ana Santos Solla

Profesora de E.F.

Son Ana Santos, nacín en Pontevedra no ano 1960, a miña infancia estivo moi ligada a Santa María de Xeve, a terra da miña nai, son a terceira de 8 irmáns, a maior das mozas, a máis vella como me dicían de pequena. Sempre me gustou o deporte e estudei INEF en Madrid, estiven 34 anos no IES Valle Inclán impartindo Educación Física alí foi onde coñecín ao resto dos meus compañeiros que agora me acompañan neste proxecto. Decidín xubilarme para dar un novo rumbo á miña vida e levar a cabo este tipo de iniciativas como @devellabella ue pretende que o envellecemento activo convértase en embelecemento persoal e poder achegar a miña experiencia nesta etapa da vida.

Nós os maiores aínda temos moita guerra que dar, espero que este blogue motívevos a querer colaborar connosco.

Mª Jesús López Escudeiro

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