Bien podría haber sido el título en castellano, pero optaron por ponerle La zona de interés. En inglés, original, la película es The Zone of Interest.

 Una película más en el que ha resultado ser un prolífico año 2023. Una coproducción inglesa-americana-polonesa.

Ganadora del Oscar a la mejor película extranjera y al mejor sonido, además del Gran premio del jurado en Cannes.

Dirigida por Jonathan Glazer, que además firma el guion. Británico, judío, guionista y director. La película está basada en una novela de Martin Amis

Jonathan Glazer (59 años) combina la realización de anuncios publicitarios para grandes empresas multinacionales, con la dirección de películas como Reencarnación (2004) o Under the Skin (2013).

La música es de Mica Levi (37 años), que ya fue aclamado por su composición para la película, de Jonathan Glazer, Under the Skin. Aunque recibió una formación clásica, desde 2008 experimenta con el pop. Lidera la banda Good Sad Happy Bad. 

La fotografía es de Lukasz Zal  (43 años), polaco, que fotografió entre otras la maravillosa Ida de Pawel Pawlikowski

Under the skin
reencarnación artigo
zona de interés

¿De qué va la película?

Hay ocasiones en que es mejor no contar nada sobre el guion, la trama o el contenido de la película, dejar que el espectador se impregne y se sorprenda por la historia desde el primer momento.

Parece, y lo es, una pretensión absurda: tenemos internet (el chivato Google), tenemos la televisión, tenemos las novelas de Martin Amis, tenemos demasiados inputs anteriores al visionado de la película: casi imposible no saber de qué va.

El comandante de un campo de concentración, Rudolf, vive con su mujer y sus hijos en una casa amplia, con un bonito jardín, junto a la tapia del campo de concentración. A él le gustan los caballos, contarles cuentos a sus hijos, hacerle vástagos a su mujer y follarse a una fulana, de vez en cuando, mientras ensaya con nuevas tecnologías crematorias, con gran profesionalidad.

Su mujer, Helwing, rubia, dulce, amante de las flores y las plantas, poco amorosa con sus hijos, estalla como una fulana cualquiera, como una déspota, cuando intentan apartarla de su zona de confort.

 

El horror tras la aparente normalidad. Parece una distopia, aunque fue una realidad apabullante, aunque es una realidad presente: aconsejo a los que vean esta recomendable (y muy cruda) película, que cuando la estén viendo, sustituyan al comandante alemán, por un comandante israelí y, mientras imaginan el sufrimiento de aquellos judíos, imaginen el sufrimiento de los palestinos hoy.

 Nunca fue más dura la realidad que cuando la imaginamos. La imaginación no tiene censura y añade matices, sutilezas, vericuetos. Duele lo que nuestra imaginación es capaz de imaginar, de situar frente a la belleza y armonía de lo aparente. Alarma que en un entorno de aparente hermosura y bienestar, el humo de los crematorios ensuciando el cielo azul, los gritos y los ruidos de la tortura y el horror, puedan pasar tan desapercibidos como los ladridos de un perro, el canto de un pájaro o el crujir de las piedras del suelo al caminar.

La cámara nunca entra en el campo de concentración y, a pesar de todo, nos horroriza pensar lo que allí sucede, la cotidianidad que dentro se consuma. Nos interpela un padre amoroso que además es un criminal sin escrúpulos, profesionalmente aséptico.

Nos desconcierta una mujer-madre instalada confortablemente en una burbuja. Nos pasma la normalidad con la que unos niños pueden coleccionar dientes que tuvieron dueños.

 A nivel técnico y formal, la película tiene algunos aportes discutibles o pretenciosos, que no añaden nada importante a lo que se cuenta tan bien y con tanta habilidad. Por ejemplo, los tres fundidos de la película: un fundido en negro, al inicio de la película, desconcertante, otro fundido en blanco y, un tercero, un fundido en rojo.

La música, minimalista, contribuye al desasosiego y a la inquietud y actúa como un contrapunto a la aparente normalidad.

Más que mostrar la película sugiere, más que enseñar incita a pensar: una reflexión sobre el horror de lo cotidiano. No dejen de pensar en ejemplos de nuestros días, los encontraran cerca y sin dificultad.

Jose Luis Vázquez

Jose Luis Vázquez

Escritor

Estudió Ciencias Económicas en la Universidad Central de Barcelona y cursó un máster en Dirección de Marketing en EADA.

Ha trabajado como directivo financiero y de logística en varias empresas de logística y alimentación.
Ha realizado numerosos viajes de aventura por los cinco continentes, ascendiendo montañas, conviviendo con tribus y cruzando ríos y mares.

Le encanta el cine, y los wésterns en particular.
Lector empedernido: novela, historia, ciencia y filosofía.
Cursó tres años de Narrativa y Novela en la prestigiosa Escola d’Escriptura del Ateneu de Barcelona.
Ha publicado dos libros: Clara y algo más, de cuentos, y La memoria en color, autobiográfico.
Barrabás el Sicario es su primera novela.

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